Nos miramos como dos perros enfurecidos y rabiosos, la espuma se nos escapa de la boca, pero solo somos dos amantes más que se buscan y se raspan los lomos contra el hocico algodonado del otro sin poder evitarlo.

Cada alba, cada ocaso, cada luna es una opción para amarse, para hacer el amor y no pensar... nunca... jamás volver a creer en otra cosa pero el amor.

Los gritos se hacen eco en la caja que nos encierra por el momento. Chispas en los ojos que se cruzan abren fuego en esta batalla de dos. Desbordamos vasos, mesas, calles, pasos, la vida toda.

Se terminó. Un abrazo, otra partida hasta nueva luna, ocaso, alba...

0 comentarios: