Hoy me desperté pensando en inventar una máquina borra recuerdos.
No es que sea una idea innovadora, ¿a quién no se le habrá ocurrido ya?
El problema es que no sé como se hace y cada día es más difícil convivir con los fantasmas del pasado.
Esos fantasmas que se materializan a través de imágenes y objetos, y recuerdos inventados.
Miro por acá, miro por allá
están en todos lados...
no se van, no los dejan ir.
Duermen en mi cama,
comen en mi mesa
visten mis ropas
Y yo me pregunto:
¿cómo dejar el pasado atrás si no nos deshacemos de todos estos recuerdos materiales?
¿No alcanza con lo que nos pasa adentro de la cabeza, con saber lo que fue y que ya no será?
Joan Baez compuso una canción para Dylan, su gran amor, y "we both know what memories can bring".
¡Pero claro que lo sabemos!
Todos sabemos lo que los recuerdos pueden evocar,
y eso asusta tanto que uno quiere picarse los ojos para dejar de ver.
Quien tuviera el coraje.
Como yo no lo tengo quise inventar una máquina.